jueves, 27 de agosto de 2009

National Geographic



Desde 1998 tengo una suscripción al National Geographic suponiendo que en algún punto de mi futuro podría trabajar en una publicación que admiraba profundamente, sin embargo, mi ilusión se ha roto un poco.
No me mal entiendan, sigo admirando profundamento el trabajo d
e la fundación (que empezó en 1888) pero ahora sé que no todo acerca de trabajar en esta revista es viajar, es vivir las difíciles situaciones que se presentan en los lugares remotos a los que los fotógrafos y reporteros viajan.
Es indudable que los que trabajan para la fundación se ven profundamente involucrados con los sujetos a los que entrevistan o fotografían, sean ruinas, lugares, animales o personas existe un vínculo irrompible entre estos.
Todo mundo te dice que en el periodismo uno debe de tratar de ser lo mas objetivo y desapegado, esté último sobretodo porque tu trabajo podría afectarte... Pero es precisamente eso lo que me gusta del trabajo de la gente de NatGeo, no es una relación fría con sus sujetos es una simbiósis con la cual se logran magníficas fotos e increí
bles artículos.
El documental de los fotógrafos de la National Geographic fue impactante, y aunque se haya roto en mí la creencia del glamour de este trabajo, creo que al final me impulsa más, ya no es una ilusión, ahora es una meta.
Puede que nunca entre a la fundación, pero sé que quiero lograr algo igualmente memorable en el mundo periodístico a pesar de saber la cruda realidad detrás de semejante trabajo.




2 comentarios:

Ulysses dijo...

Gracias Fernanda, muy buena tu reseña, pero sobre todo muy sentida. No te desilusiones, asi es la realidad, en cualquier tema que te involucres podrás vivir experiencias personales insólitas.

Mafer Caballero dijo...

Gracias!!! eso espero :)