Todos sabemos que tras el 11 de septiembre la mirada del mundo se trasladó a medio oriente, Afghanistán e Irak, la foto renació como símbolo de un país que llevaba décadas de haber sido destrozado, primero por guerras internas y luego por la intervención soviética y americana... Hoy se ve en el rostro de Sharbat Gula la crónica de la destrucción de su país.
La foto y este documental han probado el poder de una imagen, el poder del cambio y de mover mentes y corazones hacia una causa.
Muchos libros de la NATGEO tienen en su portada esta foto, puede que no sea la mejor foto de la sociedad ni la más impactante en sentidos de locación, pero el poder de esta foto (además de su fama) es el poder que ha tenido como catalizador para un problema universal de los refugiados, la pobreza y la segregación religiosa.
Steve McCurry es un gran fotógrafo, y como se muestra en el documental posee un gran sentido acerca de los sujetos a quienes fotografíar y de como lograr conexiones con estos a pesar de no hablar el mismo lenguaje... Mostrando que el involucrarse con una causa como fotógrafo o periodista puede ser extremadamente benéfico.
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