El pasado viernes recibimos a Duilio Rodriguez, fotoperiodista que comenzó su carrera en el periódico La Jornada y que recientemente ha trabajado como editor para las publicaciones del grupo Time Expasión, específicamente las revistas Expansión, Life & Style, Dinero Inteligente y Obras. Duilio R., nos relata su historia y nos muestra parte de su trabajo. Aquí están mis conclusiones.
Escuchar la historia personal de alguien más, siempre representa una oportunidad de aprendizaje. Vernos reflejados en los relatos de profesionales, nos hace plantearnos preguntas sobre quiénes somos y sobre lo que queremos para nuestras propias vidas. Imaginarnos en esas situaciones nos puede dar información sobre nuestra personalidad y carácter, esenciales para desarrollarnos en cualquier actividad profesional.
Uno de los aspectos que más me cautivan sobre la vida profesional de los fotógrafos, es la posibilidad que se tiene, no sólo de vivir experiencias inaccesibles para muchos, si no de tener un acercamiento a esos eventos tan sensible, que inevitablemente se adquieren lecciones de vida que prosperan en sabiduría. Ser fotógrafo es ser un testigo sensible porque necesita y debe comprender el lenguaje de la comunicación visual y utilizar sus herramientas para que éste exprese lo que mejor describe una situación en determinado contexto. Fue a través de la óptica objetiva necesaria en todo fotógrafo que pudo tener una experiencia tan cercana a uno de los episodios del conflicto armado en Chiapas.
A partir de los historias y anécdotas que nos relató Duilio Rodríguez, advertí de nueva cuenta el compromiso inherente al labor del fotógrafo, de la responsabilidad que se tiene cuando tenemos un momento histórico en las manos. Otra cosa que me atrae de este mundo laboral es que se puede ser multifacético, haciendo que el trabajo se torne interesante, divertido y enriquecedor.
Escuchar la historia personal de alguien más, siempre representa una oportunidad de aprendizaje. Vernos reflejados en los relatos de profesionales, nos hace plantearnos preguntas sobre quiénes somos y sobre lo que queremos para nuestras propias vidas. Imaginarnos en esas situaciones nos puede dar información sobre nuestra personalidad y carácter, esenciales para desarrollarnos en cualquier actividad profesional.
Uno de los aspectos que más me cautivan sobre la vida profesional de los fotógrafos, es la posibilidad que se tiene, no sólo de vivir experiencias inaccesibles para muchos, si no de tener un acercamiento a esos eventos tan sensible, que inevitablemente se adquieren lecciones de vida que prosperan en sabiduría. Ser fotógrafo es ser un testigo sensible porque necesita y debe comprender el lenguaje de la comunicación visual y utilizar sus herramientas para que éste exprese lo que mejor describe una situación en determinado contexto. Fue a través de la óptica objetiva necesaria en todo fotógrafo que pudo tener una experiencia tan cercana a uno de los episodios del conflicto armado en Chiapas.
A partir de los historias y anécdotas que nos relató Duilio Rodríguez, advertí de nueva cuenta el compromiso inherente al labor del fotógrafo, de la responsabilidad que se tiene cuando tenemos un momento histórico en las manos. Otra cosa que me atrae de este mundo laboral es que se puede ser multifacético, haciendo que el trabajo se torne interesante, divertido y enriquecedor.
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