viernes, 12 de febrero de 2010

Diafragma y Velocidades de Obturación



Diafragma.


En las cámaras réflex, el mecanismo que controla la profundidad de campo es el diafragma. Como ya hemos visto, la profundidad de campo es la porción de imagen que aparece enfocada. Con ayuda del diafragma y la velocidad de obturación controlamos la exposición, que es la cantidad de luz que llega a la película.
La abertura del diafragma, o abertura del objetivo, se ajusta mediante una anillo que suele estar en el propio objetivo y viene graduado con una serie de "números f/":


f/1 - f/1.4 - f/2 - f/2.8 - f/4 - f/5.6 - f/8 - f/11 - f/16 - f/22


El tamaño de la abertura del diafragma disminuye al aumentar el "número f/"; eso significa que con f/2 entrará más luz que con f/5.6. También podemos deducir que los objetivos "más luminosos", o sea, los que permiten una abertura mayor de diafragma, son aquellos que tienen un número f/ más pequeño.




Velocidades de Obturación.


Cuando pulsamos el disparador de la cámara, en realidad estamos accionando el obturador. Como ya hemos visto, el obturador suele ser unas cortinillas situadas delante del negativo, las cuales, al abrirse, dejan pasar la luz que impresionará la película. Incluso las cámaras más modernas y automáticas del mercado no pueden "disparar" por nosotros, que debemos escoger el momento oportuno, cuando creamos que todo lo que vemos por el visor está correcto, y hacerlo bien, evitando vibraciones que malograrían la mejor de las imágenes.
La velocidad de obturación se escoge en el dial de velocidades, que suele ser, en las cámaras de enfoque manual, una rosca situada al lado del disparador. En él vienen indicadas las velocidades, que son en realidad fracciones de segundo. Es decir, cuando indicamos una velocidad de 500, estamos aplicando un tiempo de exposición de 1/500 de segundo. La luz llegaría al negativo sólo durante esa pequeña fracción de tiempo. Cuanto mayor sea la velocidad (más grande el número que escojamos en el dial de velocidades) más pequeño será el tiempo de exposición. Si disminuimos o aumentamos en un punto la velocidad estamos duplicando o reduciendo a la mitad respectivamente el tiempo de exposición.
La velocidad máxima de las cámaras réflex suele ser 1/1000 o 1/2000, aunque también se pueden encontrar cámaras con 1/500 o 1/4000 de segundo.
Naturalmente, cuanto más alta sea la velocidad, menor riesgo existirá de que la imagen no salga perfectamente nítida. Sin embargo, con mucha frecuencia la elección de la velocidad está condicionada por la cantidad de luz. Si fotografiamos en condiciones de luz escasa tendremos que usar velocidades más lentas. En estos casos, si queremos congelar la imagen tendremos que usar película rápida.

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