El fotoperiodismo se consolida como un elemento
crucial y autónomo en el manejo de información.
En el prologo del manual de fotoperiodismo de
Ulises Castellanos, Vicente Leñero
enfatiza -nuevamente -la necesidad de ver a la
relación fotógrafo/periodista de pluma, como una
de codependencia y no de subordinación.
A decir verdad, pese a que el texto de Leñero
pretende ubicar al fotógrafo a la par del reportero,
otorgando a ambos el título de periodistas; la realidad
es otra.
Es un entendido común que la fotografía tiene
como razón de ser, la de acompañar un texto.
Esta situación obedece -en parte -,a la falta de
atención que las universidades e instituciones
edicativas mexicanas, presta al área.
Al no existir un grado académico en la fotografía,
se le relega a un segundo plano; se le ve como
un condimento de la nota principal.
Es precisamente de este descuido que surge
la preocupación de Castellanos -y de Leñero -,de
diseñar una estrategia de enseñanza de la fotografía.
Son estas dos -autonomía del fotografo y
profesionalisación del oficio -,las áreas de interés
de Vicente Leñero en el texto que abre el manual
de fotoperiodismo.
Una imagen vale más que mil palabras.
Eso es claro. Sólo falta que a esa imagen
se le otorgue la misma consideración y validez
que a esas mil palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario