En este documental, dirigido por Christian Frei, se nos muestra parte del trabajo, vida y visión del fotógrafo James Natchwey, así como lo que ímplica ser corresponsal/fotógrafo de guerra y los peligros que esto conlleva.
La verdad es que el documental es sumamente impactante, así como lo que Natchwey hace, desde la increible empatía que logra tener con la gente que fotografía, pasando, justamente, por lo estético de sus impresionantes y sublimes fotografías, hasta llegar a la situación y contexto en el que fueron tomadas, contexto y situaciones que, honestamente, no pueden más que provocar en nosotros una mezcla de tristeza, coraje e impotencia, lo cual, inevitablemente nos lleva a hacer una reflexión acerca de lo que este fotográfo nos propone.
Pienso que Natchwey es de los mejores fotógrafos que he visto en mi vida, y, sobre todo, tiene eso que no todos tienen: logra que sus fotos transmitan algo. Sus fotos están llenas de vida, incluso en la muerte, y pienso que, además de la magnífica técnica que el fotógrafo posee, eso es lo que realmente nos provoca, nos insista, nos sublima.
La verdad es que el documental es sumamente impactante, así como lo que Natchwey hace, desde la increible empatía que logra tener con la gente que fotografía, pasando, justamente, por lo estético de sus impresionantes y sublimes fotografías, hasta llegar a la situación y contexto en el que fueron tomadas, contexto y situaciones que, honestamente, no pueden más que provocar en nosotros una mezcla de tristeza, coraje e impotencia, lo cual, inevitablemente nos lleva a hacer una reflexión acerca de lo que este fotográfo nos propone.
Pienso que Natchwey es de los mejores fotógrafos que he visto en mi vida, y, sobre todo, tiene eso que no todos tienen: logra que sus fotos transmitan algo. Sus fotos están llenas de vida, incluso en la muerte, y pienso que, además de la magnífica técnica que el fotógrafo posee, eso es lo que realmente nos provoca, nos insista, nos sublima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario